Hace una semana tenía que despertarme a las seis de la
mañana para ir a dar clase en un instituto solo por un día. Nada importante. No
podía dormirme y lo conseguí aproximadamente a la una de la madrugada. A las
tres y cuarto, el timbre de la casa sonaba sin parar. Me despertó el ruido y
intenté detenerlo con mi mente, pero no lo conseguí. Tras 40 minutos casi
continuados de ese sonido tan estridente en mis oídos decidí salir al pasillo
de mi apartamento, donde está la cocina común que comparto con mi compañera. La
puerta de su habitación estaba abierta y la que da al pasillo de la planta
también. Las dos estábamos asustadas y vimos a una chica rubia con una chaqueta
negra llamando a nuestro timbre constantemente. Jugamos al escondite diabólico
y nos ocultamos detrás de la pared. Mirábamos cómo estaba poseída y cómo no
soltaba su dedo índice de nuestra campanilla. Ella miraba todos los nombres de
los que vivimos en el mismo edificio, tocaba el cristal con el dedo y luego
apretaba el timbre. Así hasta casi las 4 de la mañana. Se giró y me giré antes
de verle la cara.
[Siete días mas tarde. Madrugada del martes. 3:10 a.m]
Alguien aporreaba la puerta que da al pasillo común con los
otros estudiantes vecinos. Alguien pateaba nuestra puerta. Alguien susurraba cosas
que no se entendían. Puñetazo. Patada. Patada. Susurro. Patada. Puñetazo.
Susurro. Noté cómo mi piel se inflamaba. Esa fue mi reacción al miedo. Mis
brazos, mis piernas y mi cara ardían y calentaban el edredón. Quien fuera no
paraba de golpear nuestra puerta. Me comuniqué con mi compañera por mensajes de
texto. Las dos teníamos miedo y confiábamos en que se fuera pronto. No lo hizo.
Más puñetazos. Más patadas. Más susurros continuados. Me destapé y salí al
pasillo que comparto con mi compañera. Hablamos bajito y nos fuimos a mi
habitación, que está unos cuantos pasos más lejos que la suya de la puerta que
pronto iba a caerse por los porrazos de alguien a quien no le poníamos cara.
Decidimos que teníamos que decirle que parara, por eso abrimos la puerta:
Piernas de mujer.
(la misma que el lunes anterior)
Medias negras transparentes.
Tacones.
(también negros)
Susurro.
(giro al mismo tiempo de su cuerpo)
Su cara.
(sonrisa desencajada, ojos perdidos y pelo rubio)
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